10.30.2006

Centinela

La pareja yace en la cama, agotada, sonriente por el éxtasis en las ultimas horas. Todo empezó como accidente, unos días atrás se besaban desnudos, apunto de iniciar el coito. Él, buscando acomodarse, puso su rostro en un ángulo que permitió a los globos oculares de ambos tocarse sutilmente. Esos pocos segundos les estremecieron. Decidieron intentarlo nuevamente hasta lograr una sutil caricia. Pocos minutos después llegaron a un orgasmo como no recordaban haber tenido nunca.

La pareja se da la mano. Él le comenta que lo intenten de nuevo. Ella hace un recuento. Le cuestiona si ochenta orgasmos esta noche pueden ser malos para la salud. El sonríe. Vamos viendo, dice acercando su rostro. ¿Y si nos quitamos la ropa esta vez? le dice la chica. ¿Para qué? responde, ya nos dimos cuenta que es irrelevante. En ese momento se abre la puerta. Un hombre vestido de rojo entra cautelosamente. Activa un aparato en su mano. Los jóvenes en la cama se desmayan. Los desnuda. Los deja abrazados. El centinela sale de la habitación en silencio, con la convicción de que el sexo genital siga siendo monopolio. Nadie debe saber la verdad.

10.26.2006

Viajes y ocupaciones

Esta semana regrese de un viaje, para encontrarme la oficina llena de pendientes. Una disculpa por subir el cuento hasta hoy. Saludos a los dos o tres lectores que tiene este blog.

Credencial

A punto de la histeria, saca su identificación una vez más. La secretaria revisa la foto. Verifica, como lo hicieron cada uno de los ocho burócratas antes de ella, que el visitante de exactamente los mismos datos que los escritos en el pedazo de papel. Revisa hologramas: Ya sabe, le dice, hay muchas falsificaciones. También los números de serie en el sistema. Puede pasar, dice finalmente. Él piensa en los viejos tiempos, antes de tanta seguridad y pasos a seguir. Sobretodo le indigna que no tengan alguna consideración, después de todo, si no todo el mundo, una gran cantidad de personas lo conocen. Se abre la puerta metálica, guardias lo escoltan hasta llegar al Papa. Este levanta el rostro de unos papeles que lee y le pregunta fastidiado ¿Se puede identificar? Dios hace una rabieta, convencido de que no hay más que hacer, vuelve a sacar su credencial.

10.16.2006

La condena

El juez valida todas las pruebas. Esto es concluyente, dice rotundo y baja el mazo. Se establece la condena. El acusado suplica por perdón. Ya esta dicho todo, le contesta el hombre a cargo de la ley. Al culpable se viste con su mejor traje, lo peinan, lo arreglan. Estando listo lo adormecen y mediante una inyección especial engarrotan sus músculos. Lo hacen adoptar una posición altiva, un rostro furioso. Vacían sobre su cuerpo el cobre, lo dejan enfriar. Pronto es puesto en un pedestal de un parque donde palomas y niños se pasean a diario. Los sociólogos y legalistas están más que satisfechos de cómo la criminalidad disminuye en las nuevas generaciones.

10.09.2006

El tercero

El Principe se acerca a la torre. Escucha el ruego de la chica. Sube por la larga trenza de la prisionera. Te lo agradecere por siempre, le dice abrazándolo. El dragon esta por alli, le indica ella al tiempo que bajan por la escalera caracolada. El salvador desenvaina su espada, abre una pesada puerta de hierro. La camara es enorme y oscura. No lo veo, susurra él miéntras da pasos valientes al frente. Todo pasa en un segundo.

El detective llega al rio donde fue encontrado el cuerpo. El forense levanta la sabana: murió de una cuchillada en la nuca, presenta varios golpes y quemaduras, fue violado, le arrancarón el cuero cabelludo. Es el tercero del més, dice el investigador, y los unicos patrones que tenemos es que el asesino, además de dejar sin cabello a sus victimas, siempre escoge a miembros de la realeza. Un verdadero maniatico, agrega el forense taciturno.

10.02.2006

Cuarto blanco

Me dijeron que sería un experimento, que me pagarían muy bien. Yo acepte porque en ese momento no tenía familia, solo unos pocos amigos y nada de motivaciones para hacer algo con mi vida. Me encerraron en un cuarto blanco. Estaba completamente incomunicado. Pronto perdí sentido del tiempo. Me acostumbraron a estar siempre bajo la misma luz blanquecina. Al principió me costo dormir, pero el cansancio podia más.Al despertar, estaba allí una bandeja con comida. Si no dormia, no habia alimentos, asi que pronto entendí que si tenia hambre primero debia cerrar los ojos.

Empece a contar el tiempo por raciones. Tambien, al inicio, pensaba en tener cierto sentido de los días por mi cabello, barba y uñas. Hubo un punto donde me fue imposible reconocer algún cambio. Pronto perdí la cuenta. Pensaba, todas las horas, en silencio, en medio de paredes blancas.

Hoy se abrió la puerta. Me costó entender al principio las palabras: Estaba libre. Aun más esfuerzo fue hacer algun sonido, conjuntar las silabas, dotar de sentido a mis palabras. Me tomaron fotos, me hicieron muchas preguntas. Un auto me llevo a mi antigua casa. Como lo prometieron, encontre todo en perfecto orden. Pense en avisar a alguién pero no supe a quien. Sali a andar. Vi la ciudad, las personas, los autos. Me detuve a leer las noticias en un periodico, que terrible esfuerzo el de reconocer las oraciones escritas.

He regresado, le digo al hombre de bata blanca. El me lleva al cuarto blanco. Antes de que cierre la puerta, alcanzo a entender que le dice a un guardia: Otro experimento exitoso.