3.06.2007

Iluminación

Dejo su trabajo, a su esposa, a sus hijos. Se marchó al bosque, a la selva, a la montaña. Quería saberlo todo de las almas tranquilas, pero allí le pareció que más bien eran personas sin idea del exterior. Se marcho al desierto, ayuno, busco árboles ardientes, rezó, hizo centenas de peregrinaciones. Se convenció de que los místicos en realidad no saben nada, buscan que algo o alguien les diga la respuesta. Practicó yoga, meditación, artes marciales. Se marchó a una isla desierta. Escaló montañas. Se lanzó al vació. Nada le ayudo. Al volver, solitario, abandonado, derrotado, intentó retomar una vida de normalidad. A los pocos días, tomando una taza de café, llegó lo que esperaba. Encontró la verdad, la única, la universal. Lo encontraron muerto al día siguiente, una pistola en una mano y una nota en la otra: "Abrir los ojos, abrirlos verdaderamente, es terrible…".

3.01.2007

Contraorden

Miro por la ventana. Definitivamente mi mensaje no llegará a tiempo. Ya los comandos especiales penetran en la casa silenciosos. No hicieron preguntas, se les entrenó para no hacerlas. Deben estar buscando ahora mismo la habitación de su objetivo. No los amedrentará la luz prendida, están capacitados para matar en forma rápida, silenciosa, secreta. Oigo el ruido de la puerta cuyo seguro es roto. El chico esta allí, su mirada luce confusa. No vacilará. Debe pensar que soy un loco suicida ¿Qué otro comandante pediría a su mejor hombre que lo matará? Será vergonzoso y terrible cuando finalmente le llegue la contraorden, que explica como en una imperdonable distracción escribí mi nombre donde debí poner el del traidor. Talvez en el fondo si quería que me mataran.

Tinta

Una cabaña, una vela encendida en medio de la noche. Es 1880. Un hombre escribe inclinado sobre una mesa. Mete la pluma en el pequeño frasco de tinta y se dispone a seguir su relato. Imagina a un escritor cien años en el futuro. Este se considera escritor de ciencia ficción. Escribe una novela en una computadora. El monitor monocromático luce lleno de letras. Se siente satisfecho, se dispone a imprimir el archivo. El libro cuenta sobre un mundo veinte años después, el enigmático final de siglo. Allí narra a un sujeto que escribe historias de ficción en una red a la que un gran porcentaje de la población esta conectado. Es su bitácora. Cuenta sobre un hombre que escribe inclinado sobre una mesa. Es 1880. Mete la pluma en el pequeño frasco

Esto es una prueba...

Esta es una prueba. Intento publicar vía correo. Si es exitosa,
publicaré a continuación los dos cuentos que les debo. Saludos.