4.13.2007

La cita

Era la chica más hermosa que Rodrigo hubiera visto. Era un camión urbano. Le cedió el asiento. Ella sonrió hacia el chico. Parecía emocionada, como si fuera su primera vez en colectivo. Pocas cuadras antes de su bajada, el chico pensó que talvez no volvería a verla, así que haciendo acopio de valor le pidió su teléfono. Ella dijo que no tenía. Su dirección, donde estudiaba, solo negativas. ¿Podemos volver a vernos? En la esquina donde subí en dos días, dijo ella, a esta misma hora.

El esta nervioso. Sus manos sudan. Ella aparece. Van a un café, de allí a caminar a un parque. Cuando llega la noche Rodrigo esta convencido de haber encontrado a la mujer de su vida. Le dice que la acompañará a casa. No puedes, dijo ella. Le pidió una segunda cita y de nuevo recibió la negativa. Tengo que decirte algo, dijo la muchacha tras un rato de silencio. ¿Tienes novio? interrumpió él. ¡Déjalo! No puedo. Quédate conmigo. Me es imposible. En un arranque de pasión le pidió que se huyera con él. Ella rió. Él esta en todos lados, no podremos volver a vernos. Quiso abrazarla, la chica se elevo varios metros. Una luz la iluminó y él la vio desaparecer. Lo último que recuerda es que mientras ella huía un par de alas blanquísimas fueron creciendo en su espalda.

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